jueves, 9 de julio de 2015

Nopalitos

''¿Poqué ta tiste? ¿Poqué llora?''

Cómo deseo poder decirte que estoy triste por esa personita a la que no supe, no pude cuidar ni nutrir. Que estoy triste porque estuvo tres meses en un indefinido encierro en un recipientito, con frío, en soledad, esperando a que llegaras... porque no pude despedirme de ella hasta que llegaste. No tenía las fuerzas.

¿Cómo te puedo decir que durante muchos días, traje ese frasquito conmigo a todos lados? Incluso lo ponía entre la línea del pantalón y mi abdomen, en un vano intento porque estuviera lo más cerca posible de mí, porque no se enfriara.

No sé cómo decirte eso, por eso lo escribo.
Y vaya que es difícil escribirlo.

Tampoco sé cómo decirte que lloro porque recuerdo a esa pequeña personita, que está ahorita plácidamente nutriendo a un pequeño cactus. Ese nopal que me recuerda tan intensamente mis raíces. Esa planta a la que incluso llamo cariñosamente: mi bebé.

Sí, porque a pesar de que mi cuerpo no pudo darle vida, posiblemente su cuerpo pueda seguir viviendo en otra manifestación. Su energía ya dormida podrá alimentar más vida, para así seguir el ciclo al que todos estamos condenados.

¿Y cómo te puedo decir que la razón por la que incluso lloro más, es porque todo fue una broma cruel de la naturaleza? Porque no hubo señales de ningún bebé más grande que una semilla de mostaza. Que el punto sobre esta i. Porque cruelmente, mi cuerpo estuvo alimentando solamente a aquella estructura que serviría para cuidar al bebé que nunca existió.
Miento. Si existió, si no nada de lo otro habría ocurrido.

Existió.

De eso estoy segura. Por eso no podría separarme de ese pedazo de mi carne que tan violentamente expulsé hace casi seis meses.

Lloro porque extraño a esa personita. Lloro porque aún no supero su pérdida. Porque no sé si habrá algún día en que pueda recordarlo sin sentir que me estrujan el pecho.
Porque no creo que haya sido una broma producto de la crueldad de la naturaleza. Porque la naturaleza no es cruel, simplemente es.
Porque creo en la fatalidad y en la causalidad de la vida. 

Pero no puedo decirte nada. Simplemente me aferro a ti...
...y sigo llorando.

La fuerza del deseo

Dos tipos de situaciones relacionadas con desear algo:

Situación A:
 "¡Ah! ¡Quiero eso con todas mis fuerzas! ¡No me importa como le voy a hacer para conseguirlo! Sé que es difícil viajar a Tuvalú de mochilazo, pero sé que lo voy a conseguir. ¡De alguna forma!"

Situación B:
"Ammm... Pues como que me dan ganas de ir a la tienda que acaban de abrir a dos cuadras de mi casa, a ver qué tienen de diferente. Sí, algún día de estos iré. "

Y (no tan sorprendentemente) alguien te regala un boleto de avión a Tuvalú, porque su acompañante se embarazó y no quiere subirse al avión (y los boletos no son reembolsables, entonces prefiere dártelo).
Situación A: Check.

Por otro lado, la situación B (la fácil, barata, cerca y sobre todo, socialmente aceptable), no sale. Y cuando regresas de Tuvalú pasas por la dichosa tienda y resulta que ya la cerraron por falta de afluencia.

Bah.
Otro día será. 


lunes, 6 de julio de 2015

La tercera es la vencida

O la cuarta. O no hay quinto malo.
( O pfff, ya perdí la cuenta. )

Para suavizar la espera, un gatito: