lunes, 17 de noviembre de 2014

Anillos


Las enseñanzas te llegan de donde menos te lo esperas.  Una persona sin un trasfondo académico convencional te sorprende porque entiende el lenguaje de la vida mejor que tú, mejor que nadie.  Y lo admiras, porque esa persona, en su sencillez,  en su sensibilidad y su amor, te hace entender, de una forma tan fácil, algo que para ti sola hubiera sido imposible.

Sólo me queda decir gracias.  La misma felicidad que este acontecimiento  le provoca a usted, me la está provocando a mí.  Creo, y lo creo firmemente, que es la persona más sabia que conozco.  Me ha hecho entender tantas cosas...  Cosas que por mi cuenta nunca hubiera entendido.  Nunca me hubiera salido de mi mundo egoísta, irreal, inconsciente, de no haber sido por una palabra suya, un gesto aquí, una mirada acá.  Una noche de desvelo platicando hasta las siete de la mañana.  Un abrazo en un momento de emoción.

Le agradezco que me haya aceptado con los brazos abiertos en su familia, en su vida.  No sabe lo que esa foto simboliza para mí.  Ver nuestra cara de felicidad en el momento de ponernos los anillos y saber que esa foto la llevará con usted por mucho tiempo, para mí es suficiente.  Saber que, gracias a que conocí a su hijo y que decidimos hacer una vida juntos, la pude conocer a usted, para mí es maravilloso.  Mi vida es más completa desde que la tengo como guía.  Porque sin saberlo, la hice mi guía.  Hoy me di cuenta.  La observo, la escucho y la quiero comprender... como estudiante ávido, atento de lo que dice el maestro.  Usted ha sido mi maestra y espero que lo sea mucho tiempo.  Prometo hacer lo posible por que este cambio en nuestras vidas, del que su hijo y yo fuimos mecha, sea el principio de algo bueno.
Tengo la suerte de que mi nueva familia es maravillosa.  Tanto, que no la siento como nueva.  Para mí es simplemente como si hubiéramos estado separados y nos hayamos reencontrado. Así me ha hecho sentir hoy su detalle.    Cuanto simbolismo pueden encerrar unos anillos y un momento de desorientación.
Y procuraré guardar para siempre esa enseñanza...  Quizá la lección no es para el otro, quizá es para mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario