sábado, 20 de septiembre de 2014

Plática en la sala de espera

Hace mucho tiempo, fui un pollito. No recuerdo cuánto... justo ahora me puse a recordar. Acabo de regresar a este lugar y me acordé de mis pocos días como pollito.
No sé por qué no podemos recordar nuestras formar cuando estamos ahí... al menos yo nunca he podido. Sólo las recuerdo aquí,  cuando estoy escogiendo una nueva forma.

Hace mucho tiempo, fui un pollito.
Me separaron de mi mamá  y me pusieron en un lugar pequeño,  amontonado con otros como yo. Yo ya no me sentía bien, no estaba a gusto. Incluso la comida me sabía feo.
Un día,  fueron mis papás adoptivos a ese lugar y me rescataron de ahí. Me echaron en una bolsa café,  junto con otro hermanito.
Recuerdo cuando mi mamá me agarraba. Parecía que tenía miedo de que me fuera a caer. Ella no tenía plumas, ni alas, ni pico, pero estar con ella se sentía bien. Era amable y me dejaba dormirme pegado a su piel.
Yo estaba muy cansado, sólo quería estar dormido. Mi mamá intentaba darme agua y algo amarillo que sabía rico. Pero yo tenía muchas náuseas. Mi hermanito sí comía mucho y seguido me molestaba. Estaba quedándome dormido y me picoteaba o me quitaba restos de comida que se me habían quedado en el pico o en las alas. Le gustaba mucho jugar. Yo también quería jugar, pero estaba cansado y tenía frío.

Al día siguiente, estaba tan cansado que ya no quería abrir los ojos. Sentí que me levantaban, pero yo ya no podía moverme. Tenía hambre. ¡Vaya que estaba hambriento! Pero no siquiera podía ver dónde estaba la comida. Sentí agua en el pico... y esa cosa amarilla después,  pero me dio tanto asco que lo vomité todo. Me di cuenta que me limpiaron el pico y me sacaron los moquitos, con lo que pude respirar un poquito mejor, pero no mucho.
En un momento de fuerza, abrí los ojos y vi a mi mamá sin plumas. Se veía preocupada y hacía sonidos que no pude entender.
Inclinó su cabeza, sentí su respiración calientita. Yo tenía mucho frío.  Y hambre.
Escuché de nuevo los sonidos que ella hacía, muy suaves, muy quedos.  Se me quitó el hambre, el frío y el cansancio.

Y regresé aquí.

Esto que te platico fue hace ya tiempo, no sé cuánto. Pero me gusta recordarlo.
Con el tiempo entendí los sonidos que ella hacía y las cosas que decía. Entendí que, al final, me dijo:
"Tranquilo,  todo va a estar bien. Pronto podrás volver a nacer y olvidar este dolor. Perdóname por no haberte podido ayudar. Respira tranquilo, alma de Dios, y vete en paz."

Me dijeron que después que regresé dijo más cosas. Y que me puso en un hoyo en su jardín,  bajo los girasoles. Eso no lo recuerdo, pero les creo.

Ahora estoy aquí , esperando volver a tomar forma. Esta vez me gustaría ser un niño humano. Y me gustaría que ella fuera mi mamá.  Sé que ella me reconocería.

Ya me llaman, tengo que irme.
Deséame suerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario