Señor,
al hombre que canta
ponle canas en sus sienes,
ponle arrugas en la frente,
ponle piedras en su camino,
y ponle abrojos en sus zapatos.
Pero señor,
no le quites la voz al hombre que canta,
porque muere porque no canta.
-Prof. Magdaleno Montes
No hay comentarios:
Publicar un comentario