Hoy...
Prefiero una acción útil a un pensamiento amoroso.
Prefiero que reconozcan mis debilidades y me ayuden a superarlas a que me digan palabras motivacionales.
Prefiero la sequedad pragmática a las expresiones futiles de afecto.
Prefiero que me ayuden a regañadientes a que me observen condescendientemente.
Prefiero la plática estimulante a las palabras tiernas.
Prefiero la lejanía que motiva a la cercanía que hastía.
Mañana... quizá será otra historia.
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