lunes, 14 de octubre de 2013

Lily

Es tiempo de oler las flores. 
Ya es momento de descansar un poco. 

He terminado otra etapa y solamente quiero eso, disfrutar los frutos que he cosechado hasta el momento y tomarme el tiempo para decidir cuál será el próximo cultivo.

Gracias a todos los que han formado parte de este hermoso camino al que llamo vida.

jueves, 3 de octubre de 2013

Regalo para mi hermanita

La canción que te gusta.
De casualidad me la encontré en tu cumpleaños. Disculpa la calidad de la grabación. Je, je, je.

¡Te quiero monchito! Feliz cumpleaños :)


martes, 24 de septiembre de 2013

De gente rara y abrazos

En el país de las tortugas la gente es muy rara: pueden ser muy expresivos o muy herméticos. Muy abiertos con los demás o muy cerrados. Incluso pueden ser sentimentales e intensos, o fríos y calculadores.

lunes, 16 de septiembre de 2013

¿Qué será?

Estoy viviendo sola (totalmente SOLA) por primera vez en toda mi vida.

Y estoy feliz.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

¡Fuchi!

A un amigo, hace poco tiempo, que intentaba escribir piropos:

-¡Iuck! ¡Espero que esa falta de ortografía no me la dediques a mí!

domingo, 8 de septiembre de 2013

Hasta que el cuerpo aguante

Es divertido observar como se puede encontrar la motivación perdida en un pequeñísimo detalle.
Puede ser música que te recuerda los buenos (y vergonzosos) momentos de tu adolescencia o un folleto que te recuerda ese sueño que tienes desde hace años, que se quedó guardado en un cajón por antojarse imposible... y que repentinamente te das cuenta de que no es tan difícil como podría parecer en un principio.

Por eso, hoy, y los días que sean necesarios, voy a seguir hasta que el cuerpo aguante.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Resequedad

Hoy...

Prefiero una acción útil a un pensamiento amoroso.
Prefiero que reconozcan mis debilidades y me ayuden a superarlas a que me digan palabras motivacionales.
Prefiero la sequedad pragmática a las expresiones futiles de afecto.
Prefiero que me ayuden a regañadientes a que me observen condescendientemente.
Prefiero la plática estimulante a las palabras tiernas.
Prefiero la lejanía que motiva a la cercanía que hastía.

Mañana... quizá será otra historia.

Casi... casi

Por ti, podía hacer cualquier cosa.
Por ti, el dolor es algo que incluso podría haber disfrutado.
Por ti, mi alma buscó aquellas catarsis que lo dieran el sosiego tan añorado.
Solamente por ti.


viernes, 30 de agosto de 2013

Motivación

No sé ustedes, no sé las demás personas en este mundo... pero, personalmente, en cuanto me siento un poco bien, me dan ganas de ayudar a la gente. Incluso a veces aunque no me sienta bien o no tenga energías para levantarme de la cama o para subir las escaleras, el simple hecho de saber que alguien importante para mí necesita mi ayuda, es suficiente para hacer que me levante y saque fuerzas de flaqueza.

jueves, 22 de agosto de 2013

Sola, sola, sola.

Es lo que hago en los periodos de estrés. Me alejo de la gente.
¿Temor a herir? Seguramente.
¿Incapacidad de manejar el estrés?  Más seguramente aún.

No sé que me lleva a desear alejarme de las personas, pero así ha sido siempre.
Es una lástima que no haya podido reconocer las señales de alerta, que aún no sepa como evitar esos episodios de misantropía pura.

Pero algún día lograré manejar correctamente esos momentos de estrés, estoy segura.
O al menos quiero estarlo, por el bien de las personas a mi alrededor a quienes pueda salpicar de mi veneno.

Porque este dilema del erizo ya me tiene hasta la madre.

Perfección

Quiero ser perfecta.
Pero tengo que aceptar que no lo soy.
Aceptar todas mis fallas... y entonces, poder realmente hacer algo por cambiarlas.
Y perdonarme en caso de que fracase.


Lo siento.   =(

martes, 13 de agosto de 2013

Madre

Cuando estabas aquí, no supe apreciarte. Incluso te lastimé un poco.
Te quiero más que a nada en el mundo. Y ahora siento muchísimo tu ausencia. Justamente cuando más te necesito. Pareciera a propósito, que cuando te vas es cuando me doy cuenta que lo mucho que me ayudabas, con el simple hecho de estar presente.

jueves, 8 de agosto de 2013

Perdón... y gracias

Hoy hablé sin pensar.
Como tantas veces he hablado sin pensar, en todos estos años.
Y, como siempre, me arrepentí enseguida.
Y, como siempre,  te pedí perdón, mas el daño ya estaba hecho.

Y tengo una explicación perfectamente lógica para eso: ¡hay un ser demoniaco dentro de mí que no me permite controlar mis palabras!

lunes, 29 de julio de 2013

viernes, 19 de julio de 2013

I like turtles!

Sí, como ese niño simpático.

I like turtles!


Caderas


En tus caderas se encuentra el mundo, mi mundo.
 En tus caderas me encuentro y me pierdo, una y otra vez.
 
Son tus caderas mi liberación y, al mismo tiempo, mi amado yugo.

jueves, 18 de julio de 2013

Aún lidiando con la negación

Ahora que no tengo facebook, no tengo un lugar específico para "compartir mi miseria" sobre cosas mundanas o prácticas, como suele llamarle mi tutora. Sin embargo, son cosas que aún a pesar de no tener facebook, me gustaría compartir. Especialmente bajo el recubrimiento que ofrece la palabra escrita, máxime estando en internet. Porque es simplemente difícil decirlas en voz alta, a las personas que te rodean. ¿Por qué es difícil para mí? Sepa la !"#$% bola. Es algo que tiene una raíz psicológica que sé que debo escarbar, pero no es el momento. 


Pero, bueno.  Ya me desvié un poco del objetivo inicial, que era una especie de justificación innecesaria por lo que estoy a punto de escribir (a fin de cuentas es mi blog personal, pero quería mantenerlo con ese aire de poesía, de baja mundanidad... quizá después que tenga listo mi otro blog simplemente mueva este comentario).





¡ODIO SER INTOLERANTE AL GLUTEN!

Odio al GLUTEN en todas sus presentaciones. 
Cuando lo puedo ver y MUCHÍSIMO MÁS cuando no lo puedo ver.

Odio tener que estar cuidando hasta el más mínimo detalle si deseo mantener quietos mis intestinos. Odio, especialmente DETESTO, que cualquier descuido tenga efectos inmediatos sobre mi estado de ánimo, mi energía y el nivel de dolor general en mi cuerpo.

Odio la forma en que esta enfermedad me aísla socialmenteOdio no poder aceptar la comida que me ofrece mi abuelita con todo su amor, o mis amigos con la mejor de las intenciones. 

Odio tener que estar lidiando con las personas que creen que soy hipocondríaca, obsesiva, exagerada, o que simplemente creen que "no es tan malo como parece". 
Odio incluso más cuando me topo personas que me ofrecen deliciosa y tentadora comida con gluten, solamente para ver si me arriesgo a aceptarla y para disfrutar mi cara de frustración por no poder más que oler lo que me están presentando.

Odio no poder besar a alguien sin antes preguntarle  "¿Comiste algo con gluten?"
¡ODIO QUE LA PERSONA A LA QUE QUIERO BESAR COMA GLUTEN!

ODIO tener que ocupar la mayor parte de mi tiempo libre para cocinar, incluso tener que robar del tiempo no-libre si es que quiero comer al día siguiente.

Odio tener que utilizar cubiertos y sartenes especiales, solamente para mí. Odio incluso más que esos sartenes y cubiertos se contaminen y queden inutilizables.

Odio tener que compartir la cocina con 3 personas que literalmente BASAN su alimentación en productos con gluten.

Odio que tenga que tirar la comida que, por causas circunstanciales, cayó del recipiente, pues la repisa de la cocina está INFESTADA de gluten.


Y hoy, odio a esa deliciosa rebanada de coco que se cayó sobre la repisa de la cocina y que, sin pensar, tomé entre mis manos...
y me la comí automáticamente. 
Y odio la diarrea espantosa que esto me causó.


En fin, odio muchas cosas. 
Y la lista sigue y sigue... Y podría seguir por mucho tiempo...
Pero creo que con lo que acabo de escribir es suficiente como para que los que leen esto se den cuenta de las cosas que REALMENTE me desesperan y lo difícil que es lidiar con esto.
Así ya al menos descargué un poco mi frustración.


Y para terminar (e intentar aliviar un poco el amargo sabor de boca que tal descarga emocional pueda ocasionar)
¡espero que tengan un hermoso día todos los que lean esto y no tan turbulento como el mío!

martes, 16 de julio de 2013

El último tirón

Sólo un poco más... sólo un poco más. 
Sé que estás cansado, que es difícil respirar.
Sin embargo, cuando pienses en abandonar,
¡sigue corriendo y no mires atrás! 


viernes, 12 de julio de 2013

De conexiones y sueños

Tengo la loca creencia de que cuando te relacionas con alguien creas un vínculo o conexión que es difícil de romper.

Pero no un vínculo cualquiera, de esos que simplemente te mantienen cercano a una persona, por cariño o aprecio.

No.


Yo creo (aunque sea criticada por ello, especialmente por mi lado lógico y escéptico) que ese vínculo puede llegar a ser tan fuerte, que te permita incluso detectar a larga distancia el estado emocional de una persona. O estando cerca, te permite sentir su condición de salud (si le duele la cabeza, el estómago, el pie, la espalda, etc, etc... esas cosas que normalmente damos como dolor estándar y no comentamos).


He tenido varios vínculos así, pero uno era en especial tan intenso, que podría jurar que mi cuerpo se dio cuenta de cuando intentaron romper ese lazo y reaccionó muy violentamente (demasiado violentamente para mi gusto, pero esa es otra historia).

Últimamente, tendrá unos 4 o 5 días, he soñado con esa persona, a pesar de que esos eventos ya tienen mucho que quedaron en el pasado. Sueños extraños, en los que aparece de repente (sin razón aparente) y que simplemente está ahí, observando. Y esos sueños se repiten, creo que durante toda la noche. Y es raro, porque hace mucho que no soñaba con esa persona. Y cuando digo mucho, es quizá unos dos o tres meses el último sueño. Y el anterior, separado otros cuantos meses.

En casos como éste, en los que sueño inexplicablemente con alguien, normalmente le marco a la persona con la que soñé y le pregunto como le ha ido. Ya si preguntan el porqué de mi llamada, les comento del sueño. (Muchas veces se ríen de mí o me mandan al carajo, pero qué puedo hacer, son mis raras creencias je je je)

Lamentablemente, a pesar de lo mucho que lo desee, no puedo ni siquiera preguntarle como se encuentra, pues hice una promesa. Pero me encantaría saber que está bien...

Ahora me toca el preguntarme: ¿me lo estaré imaginando o realmente pasa algo? 


Espero, por mi bien y por el suyo, que todo sea producto de mi cabecita loca, como solía llamarle.

lunes, 8 de julio de 2013

Hábitos

Todos tenemos hábitos, toda persona tiene "esa" acción que realiza sin pensar y que la repite indefinidamente.

Esas pequeñas actitudes que  a veces parecen irracionales, como girar una liga entre los dedos cuando se está bajo presión, tensar los músculos que ni te dabas cuenta que existían al cantar, ladear la cabeza cuando escuchas música o voltearse de lado contrario al acostarse con alguien...

Pequeñas cosas que estamos condicionados  a realizar. Por repetir, una y otra vez, esa misma acción, hasta que el cuerpo decide que es tiempo de mejor dejar un "programa" que lo realice automáticamente y no perder más energía en tal asunto.

(Por cierto, ¿qué porcentaje de nuestras acciones día a día son hábitos y cuántas son verdadera praxis? ¿Qué tanto de nuestra conducta podemos considerar como propia y no condicionada por los elementos de ella que son hábitos?)

Pueden ser insignificantes, como golpetear los dedos contra la mesa al ritmo de la música que estés escuchando o pueden ser tan relevantes como para que tengan repercusiones serias (y muchas veces indeseables) en las personas que amas.

Y no es un secreto que es solamente cuestión de tiempo y repetición formar un hábito. Y podemos formarnos hábitos benéficos, lo cual quiero creer que no es imposible, aunque sea algo tan abstracto como "que se te haga un hábito el ser feliz".

Pero, lo realmente difícil, es EXTERMINAR un hábito.
Ahí es donde todos patinamos.

Aceptémoslo, ¿cuántas veces no hemos visto a mediados de año la lista de propósitos de año nuevo y sonreído socarronamente al contar cuantos (muchas veces la mayoría) no hemos estado ni siquiera cercanos a lograr?

Personalmente, tengo el hábito de la procrastinación. Un muy mal hábito que me ha dejado en situaciones poco ventajosas en cuestiones profesionales, pero que espero pronto poder desprogramar de mi cuerpo. Porque considero que no soy yo la que posterga, es mi mente que me juega malas pasadas en un cuerpo que no se deja gobernar fácilmente y mete la pata a cada rato.

Sin embargo, me complace pensar que no es imposible. Ninguno de los hábitos que he eliminado de mi conducta han regresado (al menos no con la fuerza con la que estaban anteriormente, ni siquiera cerca). Y por experiencia propia, sé que cuando realmente deseamos cambiar alguna conducta, es fácil hacerlo. Lo difícil es tomar la decisión definitiva.

Porque, tengo que aceptarlo, mientras esté engañando a mi mente con frases como "mejor lo hago poco a poco, para irme acostumbrando", "una vez más no me hará daño", "puedo dejarlo en el momento que quiera", "a fin de cuentas siempre termino el trabajo", entre otras muchas frases símiles, nunca voy a lograr nada. Los verdaderos cambios en mi vida se han dado rápidamente, con una decisión inquebrantable. Y, normalmente, "going cold turkey". O dicho en español, de tajo. De chingazo. Sin mirar atrás.

Así dejé el cigarro, así dejé la carne (en su momento, después me convencí de que era más beneficioso para mi salud regresar a mi dieta carnívora, pero de eso hablaré después en otro post) y así dejé el gluten. Y no ha resultado difícil, puesto que una vez que la decisión está tomada, ni siquiera se considera la posibilidad de permitirse un desliz. Y es de ahí de donde proviene la verdadera voluntad.

De esta forma, puedo concluir una pregunta que le hice a una persona muy querida hace poco tiempo. La pregunta era algo como: "¿En qué consiste la fuerza de voluntad? ¿Por qué fallamos al momento de lograr nuestros propósitos?".

Mi respuesta puede considerarse muy fatalista, pero es muy sencilla:

Si fallamos, es porque realmente NO QUEREMOS cambiar.


Esa conducta que supuestamente "queremos" cambiar, realmente está ahí por alguna razón. De alguna manera compensa alguna necesidad o cumple una función específica. Y mientras no descubramos las verdaderas razones por las que existe esa conducta, ahí seguirá. Y seguiremos, año con año, anotándola en nuestros propósitos de año nuevo, para volver a fallar rotundamente.

Puede que nuestra conducta sea comer compulsivamente y que tal compulsión satisfaga una necesidad emocional (o incluso física) por el alimento. Puede ser que se nos haya hecho costumbre dar pretextos para todo, lo cual nos exime (a nuestro punto de vista) de la responsabilidad de dar resultados concretos. Incluso, puede ser algo tan emocionalmente complejo como cargar con un complejo de víctima, con el cual siempre estaríamos buscando la condescendencia de los demás para llenar nuestro vacío interno. Puede que no sepamos las razones del porqué acostumbramos dormir tarde o mordernos las uñas, pero la razón (o razones) específica existe y no es imposible de encontrar. Y lo que es más importante de todo, cuando decidamos cambiar, encontraremos la razón. Porque buscaremos sin descanso hasta encontrarla, porque es algo que realmente DESEAMOS realizar.

Así me pasó en el caso de mi enfermedad. Y me volví una loca obsesiva, perdí amistades, me alejé de las personas, desatendí el trabajo, me sometí a regímenes muy estrictos de alimentación, con la esperanza de poder recuperar un poco el control de mi cuerpo. Pero nada de eso me importó (bueno, sí, quizá un poco), porque lo que quería lograr era más importante. Y ahora que estoy tan cerca de lograr esa salud que tanto he anhelado, me siento feliz de haber tomado las decisiones que me tienen en donde estoy ahora.

Quizá existan excepciones (es muy probable que sí, ya cada quien puede juzgarse todo lo que desee), pero en mi caso, esa es la razón de mis continuas fallas al cambiar otros hábitos. (Como los propósitos del tiempo de cuaresma en mi infancia  que nunca podía cumplir, ya sea que fuera no comer pan o no subirme al columpio del patio...)

Y la razón es muy simple:

No cambio, porque no quiero.

O puesto de una manera más positiva (y que me agrada más):

CAMBIO, PORQUE REALMENTE QUIERO.

jueves, 4 de julio de 2013

Deja la vida volar...

Se siente muy bien cuando las semillas que plantaste hace casi dos años comienzan a dar fruto. Estoy viendo los frutos, buenos y malos, de mis acciones pasadas. Y lo único que estoy segura que debo hacer es aceptarlos como lo que son: resultados de mis propias acciones. Cada uno de esos frutos tienen el mismo valor, aunque vengan del árbol de la música, de la ciencia, de la salud o del amor.

Tomar las riendas de lo que es necesario para que encuentre mi equilibrio. Pero (y este es un gigantesco "pero"), sin forzar nada. Dejar, simplemente, que la vida fluya. A fin de cuentas, lo que pasa ahora es resultado de lo anterior, así como lo que haces hoy determinará el mañana.

A veces son frutos buenos, deliciosos, jugosos. De esos que son un placer casi orgásmico probarlos. Y otras veces, están amargos o pudriéndose. Incluso son desagradables a la vista. Sin embargo, no se pueden rechazar. Supongo que lo mejor que queda por hacer es combinar suficientes de los frutos buenos para mitigar el trago amargo de los frutos fallidos.

Y ocuparse de las acciones de hoy, aunque sin enclavarse en el mañana.

Búscame en tus brazos.

Cuando necesites algo de mí, búscame en tus brazos. Ten la seguridad de que ahí estaré, disfrutando del dulce calor que emana de tu cuerpo.


viernes, 31 de mayo de 2013

Es lo mejor

Te extrañaré, pero es lo mejor.
No es justo para mí ni para ti.
Perdóname por no poder estar completa para ti. Yo por mi parte te perdono por no haberte dado cuenta de cuanto necesitaba que me ayudaras.

Deseo lo mejor para ti. Que seas feliz. Que te vuelva a crecer el pelo. Que viajes por el mundo y conozcas a la mujer perfecta para ti. Que seas exitoso, como siempre he creído que estás destinado a ser.

Me ayudaste a crecer, pero es tiempo que empiece a crecer por mi cuenta.

Realmente te amo.