jueves, 30 de agosto de 2012

Votos

He hecho un voto de silencio.
De no dejar que mis labios traicionen a mi cabeza, que mi ímpetu no traicione a mi razón.

Estaba sentada y, a pesar de eso, no sentía estabilidad ni seguridad. Podía caer en cualquier momento.
La mirada perdida, la respiración ligeramente agitada, el corazón dando tumbos erráticos.
Todo mi cuerpo latía, absolutamente todo. Y yo no quería pensar, no quería sentir, no quería caer.
Fui consciente de mí misma y, con eso, fui consciente de mi desesperanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario