viernes, 3 de agosto de 2012

Cafecito

Hoy fui a tomarme una bebida sobrevalorada libre de café excesivamente dulce.

Traducción: me tomé un smoothie de frambuesa en Starbucks con una de mis amigas de la infancia.

Me gustó tanto verla, que por momentos olvidaba que teníamos años sin hablar. Me enteré que su carro, en vez de gasolina, utiliza sufrimiento de gatito, que está buscando un nuevo trabajo y que también se enfermó más o menos en la misma fecha que yo. Se rió cuando lo que dije pareció como un "Tienes manos de hombre" y aprovechó para decirme que no fuera tan susceptible. Hablamos de todo y de nada, como normalmente es con ella.

No sé si nuestra conexión nunca murió o si simplemente ella está más deseosa de compañía, pero me aceptó sin chistar cualquier actividad que entrara dentro de sus horarios. Lástima que le tuve que cancelar las películas en su casa para mañana...

Vaya que disfruté estas micro-vacaciones en mi cueva. Han sido buenos días. Al contrario que otras ocasiones, lamento que tengan que terminar tan pronto. Me gustaría escuchar un poco más el sufrimiento de esos gatitos cuando salgo con ella.

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