Es difícil estar sola. Y es mucho más difícil cuando es decisión propia.
Pero los momentos difíciles son los que nos hacen crecer. Salirnos de nuestra zona de confort y enfrentar el mundo real.
Atreviéndose a buscar algo mejor. Arriesgando.
Algunos arriesgan casa, situación económica, relaciones personales, amor, amistades... Pero siempre con la esperanza de estar haciendo lo correcto.
¿Qué tienes para arriesgar?
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