Como una droga, solamente así te puedo describir en este momento.
Mi cuerpo se retuerce y se estremece cada vez que recuerdo lo que era deleitarme con esa droga.
Maldito síndrome de abstinencia, no me dejas disfrutar lo que me queda de vida.
No te maldigo a ti, droga, sería maldecir mis propias decisiones. Maldigo tu escasez.
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